Por Néstor Estévez
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“A la gente no hay quien la entienda”. “Yo no estoy pa’ afanar con gente”. “Yo no toy en gente”. Son expresiones que habremos escuchado, y quizás pronunciado, muchísimas veces.
Aunque esas expresiones suelen sonar casi en automático, lo real es que son fiel representación de realidades que caracterizan lo que ocurre en nuestro entorno. Quien no lo crea, solo tiene que reparar en la gran cantidad de entidades en las que se habla de “recursos humanos”, y hasta tienen departamentos con ese nombre.
Todavía peor, en muchísimas organizaciones se encarga la gestión humana a quien maneja la contabilidad. Y ese es un fiel reflejo de que se considera a las personas como piezas a las que se usa, muy distante del proceder de quien considera a las personas como entes pensantes, con aspiraciones, con sueños y con potenciales a la espera de oportunidades para avanzar.
La gestión humana tiene en la comunicación una aliada clave. Pues conectando con el criterio de que la comunicación, atendiendo a Garzón Céspedes, nos mantiene humanos, en ella encontramos la vía para lograr entendimiento, construir consensos y motorizar el real avance.
Es en atención a ello que me animo a compartir, a modo de decálogo, una serie de claves que suelen caracterizar a los equipos humanos exitosos y a las organizaciones que logran marcar notables diferencias en un mundo tan competitivo.
Teniendo la comunicación como vía para el entendimiento y habiendo esclarecido el rumbo a que se aspira, el resto consiste en mantener claridad en relación con el dinamismo que ha de caracterizar a los conglomerados humanos y dar el seguimiento que se impone cuando se trata de avanzar de manera sostenible.
Comunicación efectiva. Es importante mantener una comunicación abierta y clara con los compañeros de trabajo, superiores y subordinados. Expresar claramente las ideas, opiniones y preocupaciones puede prevenir malentendidos y conflictos.
Respeto mutuo. Es esencial tratar a todas las personas en el entorno laboral con respeto y consideración, independientemente de sus diferencias o jerarquías. Valorar las opiniones y esforzarse por entender las perspectivas de los demás puede crear un ambiente propicio para evitar conflictos.
Trabajo en equipo. Fomentar un espíritu de colaboración y cooperación puede ayudar a prevenir conflictos. Trabajar juntos hacia metas comunes y ser conscientes de las necesidades y fortalezas de los compañeros de trabajo contribuye a una atmósfera positiva.
Empatía. Intentar entender y ponerse en el lugar de los demás puede ayudar a evitar conflictos. Ser conscientes de cómo nuestras palabras y acciones pueden afectar a los demás y mostrar empatía puede promover una comunicación más efectiva y evitar malentendidos.
Resolución de conflictos. Es importante tener habilidades para resolver conflictos de manera constructiva. Aprender técnicas de negociación, escucha activa y búsqueda de soluciones mutuamente beneficiosas puede ayudar a resolver diferencias y evitar que los conflictos se prolonguen o empeoren.
Establecer límites claros. Es importante establecer límites claros en el trabajo, tanto en términos de responsabilidades como de relaciones interpersonales. Establecer expectativas claras desde el principio puede prevenir malentendidos y conflictos.
Evitar chismes y rumores. Participar en chismes y difundir rumores puede crear tensiones y conflictos en el entorno laboral. Hay que evitar este tipo de comportamientos y mantener el enfoque en el trabajo y las metas de la organización.
Manejo del estrés. El estrés puede contribuir a la aparición de conflictos. Promover el uso de técnicas para manejar el estrés de manera saludable, como el ejercicio regular, la meditación o la búsqueda de apoyo y asesoramiento, puede ayudar a evitar conflictos innecesarios entre colaboradores.
Cultivar un ambiente positivo. Fomentar un ambiente laboral positivo puede contribuir a evitar conflictos. Reconocer a los compañeros de labores por su trabajo duro, proporcionar retroalimentación constructiva y celebrar los éxitos contribuye a crear un ambiente laboral positivo y productivo.
Resolución de problemas de manera constructiva. En lugar de evitar los problemas o “hacerse de la vista gorda», es importante abordar los problemas de manera constructiva y oportuna. Identificar los problemas, buscar soluciones y tomar medidas apropiadas puede prevenir que situaciones degeneren en conflictos más grandes.
Podrían no ser panacea, pero se trata de diez claves para marcar la diferencia entre cualquier grupo y un equipo exitoso.