
La Iglesia Triunfadores en Cristo, bajo el Ministerio Luz y Sal, presentó “José, un sueño real , El Musical”, una producción que se convirtió en una experiencia artística y espiritual profundamente conmovedora para los asistentes. Inspirada en uno de los relatos bíblicos más emblemáticos, la obra llevó al público a través de cada etapa de la vida de José, desde su nacimiento hasta su exaltación en Egipto, recreando de manera fiel los procesos y desafíos que marcaron su historia.
Inspirada en la vida de José, una historia que sigue revelando la fidelidad de Dios a través de los tiempos, esta obra aborda con sensibilidad temas de fe, perdón y reconciliación. Cada escena invitó a los presentes a recordar que, aun en medio de las pruebas, las promesas divinas se cumplen en el tiempo perfecto. La ambientación majestuosa y el vestuario lleno de simbolismos espirituales permitieron que los asistentes viajaran con José desde el dolor hasta el cumplimiento de su propósito.

Más que un espectáculo visual, el musical fue una experiencia espiritual. Muchos espectadores expresaron cómo el mensaje sobre la redención, la paciencia en la espera y la esperanza en Dios tocó lo más profundo de sus vidas. Los testimonios recibidos reflejan cómo esta obra reafirma la misión de la Iglesia: llevar el amor, la luz y la verdad de Cristo a cada corazón sediento de propósito.
La obra comenzó mostrando el hogar de Jacob, con la presencia de sus esposas Lea y Raquel, contextualizando el origen familiar de José. Su niñez fue interpretada por un talentoso grupo de niños, quienes actuaron y cantaron con ternura y autenticidad, representando sus primeros sueños y la relación con sus hermanos. Estas escenas iniciales, llenas de frescura y emotividad, sumergieron al público en la narrativa bíblica desde el inicio.

Los sueños de José frente a sus hermanos, cargados de simbolismo, dieron paso a uno de los momentos más dramáticos: la venta del joven a los ismaelitas, secuencia que mantuvo a la audiencia completamente inmersa en la tensión familiar y la traición. Entre los hermanos, destacó especialmente Simeón, cuya interpretación fuerte y emotiva aportó un gran peso dramático, reflejando la complejidad de las relaciones familiares.
El rol principal fue interpretado por Raffy Hernández, “El Líder”, quien dio vida a José tanto en su etapa adolescente como adulta. Su actuación fue el corazón del musical: desde la juventud soñadora hasta las pruebas más duras en Egipto, Raffy transmitió la evolución emocional y espiritual del personaje con una autenticidad tan profunda que en momentos clave sus lágrimas brotaron de manera genuina, conmoviendo intensamente a la audiencia. Su voz y presencia escénica llevaron cada número musical a nuevas alturas, reforzando el mensaje de fe, resiliencia y propósito divino y complementándose con coreografía y carga vocal que intensificaron la experiencia escénica.
Otro de los momentos más destacados fue la escena ante Faraón, interpretado por un actor de estatura imponente (6’4”) lo que aportó realismo y autoridad al personaje. La secuencia en la que José interpreta los sueños del faraón fue uno de los pasajes más impactantes y visualmente logrados, mostrando la sabiduría y el liderazgo del protagonista gracias a la guía divina.
La mujer de Potifar añadió una capa de complejidad emocional al musical. Su personaje representó la tentación, el deseo y el conflicto moral, y su interacción con José se convirtió en uno de los momentos más tensos de la obra, invitando al público a reflexionar sobre las decisiones humanas y sus consecuencias.
Cada proceso de José su nacimiento, su niñez, sus sueños frente a los hermanos, su venta, las pruebas en Egipto y la reconciliación final sumergió cada vez más a la audiencia en la historia de la Biblia. La combinación de talento infantil, actuaciones adultas intensas, números musicales y dramatización hizo de este musical una experiencia inolvidable, que no solo entretuvo, sino que también inspiró y tocó profundamente el corazón de quienes asistieron.
Un detalle que llamó especialmente la atención fue que cada paso de la historia era narrado por personajes egipcios dando a entender que incluso los que lo rodeaban conocían la importancia del relato, enriqueciendo la inmersión del público en la narrativa bíblica.
La producción destacó por su excelencia técnica y artística vestuarios que reflejaban la opulencia de la época, coreografías que acentuaban la tensión dramática y las voces en escena de adoradores y locutores, creando una atmósfera envolvente y espiritual que acompañó al público durante ambas funciones.
El impacto de “José, un sueño real ,El Musical” fue tan significativo que muchos asistentes coincidieron en que esta obra no debe quedarse solo en la iglesia. Su calidad artística, su mensaje de fe y esperanza y la fuerza de sus actuaciones la convierten en un musical que merece ser presentado en eatrospara que más personas puedan conocer esta historia y recibir el mensaje de Dios a través del arte y la música.
por Lyly Reynoso

