Por Hipólito Martínez
El domingo 19 de noviembre del año 1911, fue abatido a tiros el presidente de la República Dominicana Ramón Arturo Caceres Vásquez, en la ciudad capital, frente a la playa de Guibia , cuando realizaba su tradicional paseo dominical , acompañado del cochero y de uno de sus asistentes especiales.
El héroe del 26 de julio, fue Interceptado en su coche presidencial, les invitaron a rendirse para hacerlo preso, accion que el general presidente no obedeció y trató de continuar su marcha, momento preciso en el que comenzó una balacera en su contra departe de los conjurados dirigidos por el joven militar Luis Tejera , hijo de Emiliano Tejera, nada y nada menos que, el ministro de Relaciones Exteriores del gobierno del asesinado presidente Ramón Caceres.
Obviamente que, una figura del temperamento la valentía y la experiencia militar del presidente Caceres no iba a morir a tiros sin por lo menos disparar su arma y en estado de agonía repelió el ataque criminal logrando herir a su asesino Luis Tejera, quien huyó con sus cómplices hacia la zona del Haina y desde allí pudieron escapar todos los atacantes, menos el, precisamente por su condición de herido, allí fue atrapado por los agentes de la guardia republicana y fue fusilado en la fortaleza Ozama, además descuartizado de forma dantesca, escena vista por su padre, quien expresó la frase lapidaria y popular: “ bien muerto, pero mal matado”.
La muerte de Mon Caceres, padre de 11 hijos, a casi un mes de su cumpleaños, en una tarde pre navideña, impactó fuertemente la conciencia nacional y desencadenó un período de crisis económica, inestabilidad política y desorden social tan fuerte que sirvió de causa fundamental para que 5 años después se iniciara la fatídica ocupación y dictadura militar de Estados Unidos en la República Dominicana, la cual se extendería desde 1916 hasta 1924, trayendo consigo la violacion de nuestra soberanía, la usurpación de los derechos políticos de todo un pueblo y una larga cadena de vejámenes a los derechos humanos y a la integridad del pueblo dominicano, constituyendo en el orden histórico, la mayor afrenta que ha padecido la patria de Duarte, Sánchez y Mella.
La muerte del presidente de los rabuses o coludos, grupo político que sustentó su participación en la vida política, reactivó la lucha entre los Caudillos Horacio Vásquez y Juan Isidro Jiménez, llamó a la rutina al cacique liniero Desiderio Arias, forzó la llamada “guerra de los Quiqueses “ y marcó con mayor fuerza , la característica básica de la época del conchoprimo , la continua “elección” de presidentes a saber: Eladio Victoria, Monseñor Alejandro Anulfo Nouel, Ramón Bordas Valdez, Juan Isidro Jiménez y Francisco Henríquez Carvajal.
Cabe destacar que, Ramón Caceres entró y trascendió a la política de forma abrupta y forzosa cuando respondió al plan concebido por su primo, el general Horacio Vásquez quien lo involucró en el ajusticiamiento del Presidente dictador Ulises Hereaux ( Lilis) hecho que materializó Ramón Caceres junto a Jacobito De Lara, otro joven Mocano, hijo del comerciante amigo de Lilis, don Jacobo De Lara, disparando contra Lilis la tarde memorable del día 26 de julio del año 1899.
El hecho de haberle dado muerte al dictador Lilis no sólo le dio fama de una especie de héroe nacional a Mon Caceres, sino que le ayudó a cobrar una vieja deuda de sangre que tenía Lilis con la familia Caceres, pues se le atribuyó al auto llamado “pacificador de la patria “, haber ordenado el asesinato del padre de Ramón, el ex vicepresidente de República en los 6 años de gobierno de Buenaventura Báez y candidato presidencial a la hora de su muerte, Manuel Altagracia Caceres ( Meme), en el año 1878.
El estrellato político de Ramón Caceres lo llevó a desarrollar una carrera política exitosa, llegando a ocupar varias posiciones públicas relevantes en breve tiempo, Gobernador de Santiago, Ministro de Guerra y Marina de los gobiernos de Juan Isidro Jiménez y el de su mentor político, Horacio Vásquez , así como Vicepresidente de Carlos Morales Languasco y Presidente de la República desde 1906 a 1911.
De los cuatro magnicidios que hemos tenido en la historia nacional, tres ( las muertes de Trujillo, Mon Caceres y Lilis) tuvieron como causa directa el resentimiento de la venganza personal o política y Ramón Caceres estuvo presente en dos de ellos. Mon asesino a Lilis para vengar la muerte de su padre Meme Caceres y Luis Tejera mato a Mon Caceres como venganza política porque Luis esperaba ser nombrado jefe de la guardia republicana ( la guardia de Mon) y el Presidente Caceres nombró a Alfredo Victoria.
El gobierno de Ramón Caceres agotó un considerable período de estabilidad y desarrollo dentro del contexto histórico de la segunda república y en el marco de la crisis económica y la dependencia estadounidense en que cayó la sociedad dominicana tras el ajusticiamiento de Lilis.
De la gestión gubernamental de Caceres se destaca la firma de la Convención Dominico-Americana de 1907, en sustitución del acuerdo denominado Modus Vivendi de 1905, mediante la cual EEUU comenzó a administrar formalmente las aduanas nacionales tomando un 50 por ciento para amortizar la deuda, un cinco para el pago de la empleomanía y el 45 por ciento para los gastos corrientes del gobierno; indudablemente que con esta convención materializada en febrero de 1907 se comenzó a crear las condiciones de la primera ocupación militar de EEUU en RD en 1916.
Mon auspició dos reformas constitucionales en años consecutivos, 1907 y 1908, pero realmente, esta última fue la más trascendente, abarcadora e incluyente de aspectos constitucionales que contribuyeron notablemente con el avance precario de la institucionalidad en la República Dominicana.
La vuelta al Congreso bicameral, la inclusión y ampliación del tema de la libertad de expresión, el cual figuraba como derecho de imprenta, la delimitación jurídica de la funciones de las gobernaciones civiles provinciales, así como la extensión a 6 años de los períodos presidenciales, con el pretexto de garantizar mayor estabilidad política en la nación, son de los elementos básicos de la modificación constitucional del presidente Ramón Caceres del año 1908.
El gobierno de Mon ejecutó la segunda etapa del ferrocarril central del cibao, organizó la comunicación telegráfica, creó la inspectoría de Obras Públicas, construyó más de 300 planteles escolares, incluyendo por primera vez las escuelas rurales y estableció en su natal provincia, cuna de héroes y sepulturera de tiranos, el primer centro de formación agronómica de la región del Caribe.
En resumen, el joven presidente Ramón Arturo Caceres Vásquez, importante caudillo político de principio del siglo 20, murió en el ejercicio del poder, solitario y confiado, víctima de la venganza política de gente muy cercana a sus colaboradores, abatido por quienes esperaban conseguir un cargo público para trascender en la vida pública, tal como un día, 12 años atrás, tal vez sin proponérselo, comenzó la notoriedad política de Mon Caceres, con la descarga mortal dirigida contra Lilis. Oh paradoja de la historia bíblica: “ quien a hierro mata a hierro muere “.